Si
conocer el presente es importante el pasado no lo es
menos y conocer nuestro pasado más remoto, "La
Prehistoria", es para muchos algo más que
un hobby de fín de semana, es una forma de entender
la vida. Un claro ejemplo lo tenemos en el ya desaparecido
Félix Murga, el cual supo compaginar su labor
sacerdotal con el afán por investigar el pasado
más remoto de cada pueblo, sus "Restos Arqueológicos".
Vaya para él nuestro reconocimiento. Gracias
a él podemos hoy vanagloriarnos del rico pasado
de este pequeño rincón llamado Angulo.
Desgraciadamente la mano del
hombre del Siglo XX, se ha encargado de destruir algunas
de estas joyas que ya no podremos legar a generaciones
venideras.
Tenia un círculo aproximado
de 10m. de circunferencia, por dos metros de altura
y estaba situado junto a la subida clásica a
la Sierra Salvada por el portillo del Aro y muy cerca
del denominado Camino Real. Pertenecía a la zona
dolménica de las estribaciones de la Sierra Salvada.
Se trata de un eslabón más entre los dólmenes
de esta zona (Santa Olaja, Añes, Oletar, Lendoño)
Con las primeras catas realizadas se recogieron materiales
que se brindaron al estudio del profesor don Juan María
Apellániz de Bilbao, el cual dictaminó
que se trataban de huesos y cerámicas. Entre
los huesos había varios infantiles y otros de
jóvenes adultos (entre los 50 dientes analizados
no había restos de caries), fragmentos de craneos,
cabezas de fémur, clavículas, fragmentos
de tibias así como maxilares. Entre las cerámicas
fragmentos de decoración de barro. Pertenece
a un periodo comprendido entre el Bronce I y el Bronce
II que traducido a años podemos situarlo alrededor
de 1.500 años antes de Cristo. Don Jose Antonio
Abásolo Alvarez, doctor en Arqueología,
profesor adjunto de Prehistoria y Arqueología
de la Universidad de Valladolid y subdirector del Servicio
de investigaciones Arqueológicas de la Diputación
de Burgos, certificó que su importancia viene
dada por los hallazgos aparecidos así como por
constituir un jalón en la difusión megalítica.
El mismo don Felix confesaba
que: "Intentando localizar
un pueblo de la Edad de Hierro que debe existir en la
zona, vimos el dólmen. Estaba a simple vista,
con perfecta visibilidad desde todos los ángulos
y uno no se explica como ha podido permanecer desconocido".
Desgraciadamente hoy en dia del dólmen sólo
quedan las piedras apiladas en una cuneta, despues de
ser retiradas por "estorbar" en la campa.
Este dólmen junto con
los de Santa Olaja, Añes, Oletar, Lendoño,
etc, deben enmarcarse en el conjunto megalítico
vasco, ya que a pesar de estar en territorio de Burgos
(por escasos 100m.) no hay que olvidar que antíguamente
no existian las fronteras administrativas actuales,
encajando perfectamente en el area de dispersión
vasca.
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foto
original del Dólmen en el año 1.975
al ser descubierto
por Felix Murga y su
grupo de colaboradores |
Era el 27 de diciembre
de 1.972 y a pesar de lo tardío de la fecha Angel
Eribe de Lezama se encontraba con su rebaño de
ovejas en la sierra, justo en la zona de Angulo. El
casual encuentro con Félix Murga facilitó
la pregunta: ¿Por dónde
se entra a la cueva de los Araos?
Eribe va por delante. Llueve y hay viento fuerte. Por
un camino de cabras al rasante de un precipicio de más
de 300 metros van hacia la cueva 3 personas, el pastor,
don Félix y Agustín Lopez. Ya en la misma
entrada de la cueva aparecen restos de cerámica
y un poco más dentro restos de cabra y caballos.
Tras ponerse en conocimiento de técnicos y especialistas,
es visitada por miembros del Seminario de Arqueología
del Museo Provincial de Vitoria apareciendo más
restos humanos y cerámicos. Según los
técnicos se trata de una cueva sepulcral a juzgar
por los restos humanos hallados datandose su antigüedad
en unos 3.000 años
A,C.
Tambien en esta
ocasión se trata de una cueva sepulcral en la
que han sido hallados restos humanos y animales. El
acceso es muy dificil ya que se encuentra a unos 20m.de
altura del suelo y en la misma pared de la sierra, por
lo que solo se puede llegar escalando. La cueva de las
"7 Hayas" ya que así se conoce la zona
en la que se encuentra, tenía en su interior
restos de huesos humanos muy deteriorados y extendidos
así como restos de cerámica prehistórica,
datandose su antigüedad en más de 4.500
años. Según Félix Murga, "nadie
antes habia entrado en la cueva desde los tiempos remotos,
ya que en la misma entrada y a lo largo de la misma
habia gran cantidad de excrementos de murcielago, hasta
el punto de cubrir a la altura de la rodilla". |