"PENUMBRAS"
Un leve tono le indicó a Kristio que acababa de recibir un mensaje en
su móvil. Curioso lo abrió y la polla le pegó un brinco
de emoción. El mensaje decía:
Hotel Dómine, habitación 569, hoy, 6 de la tarde, la puerta estará abierta, entra y cierra, desnúdate y disfruta del espectáculo.
Semanas atrás había conocido a una pareja y tras charlar un rato se pasaron los teléfonos mutuamente. Pues bien, el mensaje que acababa de recibir era del teléfono de ellos.
A las 6 de la tarde se presentó Kristio en el
pomposo hotel Domine, se introdujo directamente en uno de los ascensores y subió
a la quinta planta. A medida que se acercaba por el pasillo hasta la habitación
569 su corazón subía el ritmo de sus palpitaciones. Tras respirar
profundamente, giró el pomo de la puerta y esta se abrió, dentro
la oscuridad era total, salvo una tenue luz roja proveniente del baño.
Cerró la puerta tras de si y se acercó en la oscuridad. La penumbra
roja dentro del baño era similar a un estudio de revelado de fotografía
pero mucho más oscura. La transparente puerta de cristal le permitió
observar aunque con dificultad como en el interior de este y bajo una bombilla
de color rojo, la mujer de rodillas delante de su marido le comía la
polla mientras se magreaba el coño suavemente. Desde su posición
detrás de la puerta de cristal, comenzó a desnudarse delante de
ellos, ella para poderle observar mejor se giró un poco y mientras continuaba
comiéndole la polla a su marido le miraba de reojo a Kristio y se abrió
un poco más de piernas para que pudiera observarla perfectamente mientras
se masturbaba. Totalmente liberado de su ropa se acercó al cristal con
la polla totalmente endurecida en su mano y comenzó a masturbarse mientras
les observaba. Las palabras no hacían falta y la presencia del cristal
entre ellos le daba un morbo especial a la situación. Kristio se imaginaba
que estaba contemplando una película porno en vivo. La mujer dejó
de comerle la polla a su marido se acerco hasta pegar con el cristal y le indicó
a su marido que se acercase, seguidamente se tumbó en el suelo boca arriba
y levantando su pelvis le ofreció a su marido el coño para que
se lo comiese allí mismo, delante de Kristio y a escasos centímetros
de el. La lengua del marido recorría todo el coño de su mujer,
mientras ella miraba lascivamente a kristio disfrutando de su exhibición
ante el, Kristio por su parte se había arrodillado junto a ellos al otro
lado del cristal y se masturbaba delante de ellos. Recostando su espalda hacia
atrás la mostraba su polla totalmente empalmada apuntando al techo mientras
con la lengua la demostraba su deseo de ocupar el sitio de su marido entre sus
muslos. Levantándole la cabeza a su marido le dijo que se la follase
allí mismo, delante de Kristio. Afortunadamente el baño era bastante
espacioso por lo que no tuvo ningún problema el marido de agarrarla por
los tobillos, levantarla las piernas a su mujer y acercando su polla se la metió
entera de un solo empujón.
Ella lo recibió con un pequeño chillido y acto seguido miró
fijamente a los ojos de Kristio como diciendo”mira como me folla mi marido,
pajéate todo lo que quieras”. Kristio ciertamente estaba como embelesado
contemplándoles, cuando de repente el marido sin dar tiempo a nada comenzó
a darla fuertes envites de cadera y sacando la polla del coño de su mujer,
se corrió sobre el estómago y las tetas de ella.
El hombre se levantó y tras guiñarle un ojo a kristio le invitó
a entrar en el baño donde su mujer todavía tumbada en el suelo
se masturbaba con la mano derecha mientras con la izquierda le hacia gestos
de que se acercase a ella.
Tras entrar en el baño, en vez de agacharse lo que hizo Kristio fue ofrecerla
su mano para ayudarla a levantarse, luego la animó a entrar en la ducha
los dos y jabonarse mutuamente en la penumbra (casi oscuridad) roja que mantenían
como única luz. Tras dedicar un rato a limpiar la corrida de su marido
sobre su estómago, se agachó e introduciendo sus dedos entre los
muslos de ella separó los labios de su vagina. La lengua de kristio buscó
sus entrañas bajo el chorro de la ducha y las manos de ella se apoyaron
en su cabeza. Levantó su pierna derecha y tras apoyarla en el hombro
de Kristio se recostó en la pared de la ducha y saco su pelvis hacia
fuera para facilitar el acoso a sus entrañas. Jadeaba y se retorcía
a cada envite de la lengua de Kristio sobre su clítoris, dos de sus dedos
entraban y salían con suma lentitud y juguetonamente de su jugoso coño,¡¡
mmmmhhhh, que gustazo para sus sentidos tener a la mujer en semejante estado
de trance sexual!! Dejó de lamer su coño y se levantó,
su polla pegó contra su vientre y la mano de la mujer se la agarró
en la oscuridad (¡¡que morbo de penumbra!!) se agachó y esta
vez fue ella la que sin esperar un segundo se metió en la boca toda la
polla de Kristio, comenzó a comérsela muy-muy suavemente mientras
sus manos ascendieron hasta los pezones y comenzó a pellizcárselos.
Esto hizo que la polla se le pusiera todavía más dura y ahora
era Kristio el que buscaba sus pezones, se agachó para llegar hasta ellos
pero sin que ella tuviera que sacar la polla de su boca y se los tildó
y pellizcó hasta que ella sin poder aguantar más dejó de
comerle la polla y con un grito dijo que se corría y así fue.
Durante unos 20 segundos los dedos de Kristio continuaron pellizcándola
los pezones hasta que le pidió que parase. Derrengada y rendida todavía
de rodillas se aferró a las piernas de Kristio y así estuvieron
unos dos minutos bajo el chorro de la ducha. Tras salir de la ducha la agarró
por las caderas y la colocó de frente al espejo, apenas podía
verla en el reflejo (que morbo de oscuridad), colocado a su espalda y con la
polla pegada a su culo comenzó a sobarla las tetas y los pezones nuevamente,
su mano poco a poco fue descendiendo por su estómago hasta alcanzar el
vello de su pubis, tiró de ella un poco hacia atrás y la hizo
levantar la pierna izquierda hasta apoyarla en el mármol del lavabo,
en esta posición su coño se apreciaba perfectamente en el espejo
y comenzó a masturbarla lentamente. En el reflejo del cristal se apreciaba
perfectamente como la mano de Kristio la sobaba todo el coño, como sus
dedos la tildaban el clítoris y luego entraban y salían de su
jugoso y chorreante coño mientras sus labios y lengua se dedicaban a
degustar sus tersas tetas y pezones. Mientras tanto el marido detrás
de ellos se masturbaba contemplándoles ya recuperado de su anterior corrida.
La mano de ella aferrada a la polla de Kristio se deslizaba arriba y abajo,
sus labios se acercaron a su oreja y susurrando le suplicó que la follase
así en la penumbra y en el mismo baño. Tiró dos toallas
al suelo, se colocó un condón y tras tumbarse ella boca arriba
la agarró de los tobillos, la levantó las piernas y muy-muy lentamente
la clavó su polla hasta los huevos. El marido sentado en la taza del
water se masturbaba contemplándoles y ella aferró sus piernas
sobre su espalda. Ambos estában tan calientes que apenas 5 minutos más
tarde se corrian a la vez y su marido unos segundos más tarde.
Kristio |